lunes, 27 de diciembre de 2010

Emotivas palabras de Cris


“Romina es presencia pura, en todo momento. No la recuerdo, la siento, la vivo, le sonrío, la saludo cuando me despierto, le hablo, le pregunto, la escucho en todo lo que digo, veo, siento y percibo”, asegura.

Romina, de 36 años, murió de muerte súbita el 28 de septiembre pasado y dejó a su madre “detenida en la nada”, hasta que una profundización de la espiritualidad que disfrutaba terminó por mostrarle otro camino a Cris. 

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