El único que no apelará es el carpintero Néstor Altamirano, dueño de la casa de Charrúas al 1000 de Villa Tesei donde -se cree- habría estado la nena retenida.
Es que su defensa ya solicitó el beneficio de la morigeración de la pena -con lo cual tácitamente aceptó la prisión preventiva- y busca conseguir que su cliente sea enviado con arresto domiciliario a su casa.
Los que sí plantearán las apelaciones ante la Cámara de Morón serán las defensas de Alberto Espíndola, Fabián Gómez y Guillermo López, todos sospechados de prestar una colaboración necesaria durante el cautiverio de la nena.
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