Nik en La Nación , caricaturiza la imagen pública que supo tener el duhaldógeno cuando parecía serio. Hoy su representación de opositor apasionado esta muy sobreactuada y su falta de creatividad en la actuación lo ridiculiza hasta dar mucha lástima… cientos que lo apoyaron hoy niegan conocerlo o haberlo votado, el sigue ciego los consejos de su entorno vividor y ventajero, con menos luces que una ameba.
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